En otro post anteriormente publicado ya explicamos
brevemente en qué consistía la técnica de “Ir a rueda ¿Sabes cuanta energía ahorras?” y los beneficios que obteníamos. Para sacarle todo el potencial a su
utilización, a continuación os vamos a dar unas pautas y consejos para
introduciros en esta técnica o como mejorarla si ya la conocéis.
Dejando de lado y teniendo claro que su utilización da como resultado el ahorro energético, hoy vamos a tratar de como, cuando y porque implantar esta técnica entre nuestra rutina o forma de pedalear en rutas, marchas e incluso en competición.
¿Qué os pensáis que los “Pros” no van a rueda?
Si utilizas un pulsometro, memoriza tus pulsaciones, supongamos
que vas a una media de 140 pulsaciones. Ahora
y teniendo en cuenta que has elegido un trayecto llano y con el viento ni a
favor ni en contra, repite el trayecto o
simplemente vuelve hacia el punto de salida pero esta vez hazlo detrás de tu
compañero a no más de 30 centímetros de su rueda y con la misma intensidad o
velocidad que has llevado en el primer trayecto. Intenta que esta sea superior a 25 km/h.
Veras la diferencia, en el segundo trayecto las pulsaciones son más bajas. Pues ahora imagínate esa diferencia multiplicada por las horas que estas encima de la bici en una gran ruta donde la distancia sea considerable, por ejemplo 95 kilómetros. Puestos a imaginar, imagina en una ruta de casi el doble, 180 kilómetros.
Si la carrera o ruta es por etapas, si llegas fundido el primer día, difícilmente vas a estar al 100% para disputar una segunda etapa o tercera. La utilización de esta técnica también puede depender del estado de forma en el que te encuentres. Si gozas de una forma física muy alta, y tu entorno te lo permite ya sea porque tus rivales o compañero no son un enemigo a batir, veras que el ir a rueda lo único que te puede hacer es perder tiempo.
Nos disponemos a participar en una de las pruebas de moda en los últimos años y señalada en el calendario de cualquier biker, estamos hablando del maratón de los Monegros. Toda una prueba donde el ahorro energético es fundamental por sus largo recorrido, 115 kilometros, donde gran parte del recorrido es llano y por donde se rueda muy rápido, el escenario ideal para llevar a la práctica esta técnica si te pilla un día de viento, sin olvidarnos de las horas que necesitaras estar dando pedales para completarla.
Puede que lo hagas, pero rápidamente tu bici te colocara en el sitio que te mereces. Lo inteligente seria rodar con el grupo, ojear y elegir que grupo o corredores pueden estar a un nivel similar al tuyo y rodar con ellos. No hace falta hacer un estudio exhaustivo, si ves que tus pulsaciones se disparan ese no es tu ritmo, si por el contrario puedes mantener una conversación fluida, esto te indicara que puedes subir un poco el ritmo.
Ya estamos metidos de lleno en la carrera. Ahora toca visualizar a corto plazo, por ejemplo por el terreno por donde ruedas y a largo plazo los kilómetros que tienes por delante, el perfil de los mismos e incluso otros datos no menos importantes, puntos de avituallamientos, orografía, desnivel, viento favorable o desfavorable.
Dejando de lado y teniendo claro que su utilización da como resultado el ahorro energético, hoy vamos a tratar de como, cuando y porque implantar esta técnica entre nuestra rutina o forma de pedalear en rutas, marchas e incluso en competición.
¿Qué os pensáis que los “Pros” no van a rueda?
Antes de introducirnos de lleno en ello, os invito a
realizar una simple prueba para que veáis como y de qué manera influye ir a rueda
de otro corredor.
Sal a rodar con un compañero y tras un breve calentamiento
de 15-20 minutos con una intensidad media-alta, rueda entre 5-10 minutos en paralelo a poder
ser en llano. Más o menos a una velocidad superior a 25 km/h.
Vuelve a tomarte las pulsaciones y mira al finalizar la
media de pulsaciones, compáralas con las obtenidas en el primer trayecto.
Veras la diferencia, en el segundo trayecto las pulsaciones son más bajas. Pues ahora imagínate esa diferencia multiplicada por las horas que estas encima de la bici en una gran ruta donde la distancia sea considerable, por ejemplo 95 kilómetros. Puestos a imaginar, imagina en una ruta de casi el doble, 180 kilómetros.
No vas a estar los 95 o 180 kilómetros a rueda de otro
compañero, primero porque sería imposible, piensa que los demás participantes
podían pensar lo mismo y engancharse a tu rueda. También piensa que a lo largo
del recorrido vas a pasar por sitios
donde ir a rueda te puede perjudicar, como trialeras de bajada, repechos de subidas
e incluso largas bajadas donde has de tener un campo de visión amplio para
poder adelantarte a posibles obstáculos.
Si la carrera o ruta es por etapas, si llegas fundido el primer día, difícilmente vas a estar al 100% para disputar una segunda etapa o tercera. La utilización de esta técnica también puede depender del estado de forma en el que te encuentres. Si gozas de una forma física muy alta, y tu entorno te lo permite ya sea porque tus rivales o compañero no son un enemigo a batir, veras que el ir a rueda lo único que te puede hacer es perder tiempo.
Vamos a ser prácticos y valorar cuando ir a rueda. Puedes hacerlo por lógica y prudencia con un
plan perfectamente orquestado o tener que aplicar la técnica por pura
necesidad.
Pero vamos a explicarlo con un caso práctico.
Nos disponemos a participar en una de las pruebas de moda en los últimos años y señalada en el calendario de cualquier biker, estamos hablando del maratón de los Monegros. Toda una prueba donde el ahorro energético es fundamental por sus largo recorrido, 115 kilometros, donde gran parte del recorrido es llano y por donde se rueda muy rápido, el escenario ideal para llevar a la práctica esta técnica si te pilla un día de viento, sin olvidarnos de las horas que necesitaras estar dando pedales para completarla.
En meta estarás rodeado de más de 6.000 corredores, en un
primer momento somos todos compañeros pero tras el pistoletazo todos esos
compañeros pasan a ser rivales si no sabes gestionar tu estrategia.
Si eres un corredor experimentado, ya conoces y sabes
gestionar toda la información que tu
cuerpo te trasmite y trasmiten cada
corredor que te rodea y si acabas de
llegar a este espectacular deporte, empezaras a sentir sensaciones que poco a
poco te serán familiares. Supongamos que eres un corredor que por su edad o simplemente por tu estado
físico, constitución y masa muscular tardas en calentar. ¿Vas a salir a muerte?
¿Vas a esprintar al paso por el arco de salida?
Puede que lo hagas, pero rápidamente tu bici te colocara en el sitio que te mereces. Lo inteligente seria rodar con el grupo, ojear y elegir que grupo o corredores pueden estar a un nivel similar al tuyo y rodar con ellos. No hace falta hacer un estudio exhaustivo, si ves que tus pulsaciones se disparan ese no es tu ritmo, si por el contrario puedes mantener una conversación fluida, esto te indicara que puedes subir un poco el ritmo.
La primera media hora es fundamental el saber gestionar tu
ritmo inicial. También puedes hacer rodillo 40-50 minutos antes de tomar la
salida para minimizar el tiempo de adaptación al ritmo inicial.
Ya estamos metidos de lleno en la carrera. Ahora toca visualizar a corto plazo, por ejemplo por el terreno por donde ruedas y a largo plazo los kilómetros que tienes por delante, el perfil de los mismos e incluso otros datos no menos importantes, puntos de avituallamientos, orografía, desnivel, viento favorable o desfavorable.
Si en algún momento te has quedado solo, tienes que tener la
sangre fría de visualizar y planear que hacer. O luchas e intentas “cazar” a un
grupo o corredores que te superan o ajustas y reduces tu velocidad y haces que
los grupos o corredores que ruedan a tu espalda te den “caza”, y así continuar con ellos. Todo dependerá de
saber elegir y piensa que no por ceder un poco eres menos deportista.
Vale, ya estamos integrados en uno de los numerosos grupos o
ruedas en compañía de otro corredor.
A diferencia del ciclismo de carretera o en mountain bike en pruebas puntuales donde se corre por equipos o en parejas, la mayoría de pruebas, marchas o competiciones se realizan de una forma individual y así has de gestionar tu participación. De esta forma, en el mountain bike en términos generales no tenemos este tipo de infraestructura donde varios corredores de un mismo equipo se agrupan para dar cobertura a un único corredor bajo las órdenes de un director de carrera. En muchas ocasiones por no decir en todas, tú eres tu director de carrera, tu equipo y tu corredor punta de lanza, por este motivo cada decisión que tomes repercutirá directamente en ti tanto para bien como para mal.
A diferencia del ciclismo de carretera o en mountain bike en pruebas puntuales donde se corre por equipos o en parejas, la mayoría de pruebas, marchas o competiciones se realizan de una forma individual y así has de gestionar tu participación. De esta forma, en el mountain bike en términos generales no tenemos este tipo de infraestructura donde varios corredores de un mismo equipo se agrupan para dar cobertura a un único corredor bajo las órdenes de un director de carrera. En muchas ocasiones por no decir en todas, tú eres tu director de carrera, tu equipo y tu corredor punta de lanza, por este motivo cada decisión que tomes repercutirá directamente en ti tanto para bien como para mal.
Como he dicho al principio de este post, no os invitamos de
forma general a “chupar rueda”, sino a obtener beneficios de forma lógica utilizando
esta técnica en beneficio mutuo de
varios corredores y en el nuestro propio.
Ir a rueda es una técnica simple y que a primera vista parece fácil, pero tiene su tiempo aprenderla y sobre todo de perfeccionarla. Antes de realizar un simulacro, aprende como y de qué forma debes actuar, ya que hay que tener en cuenta varios detalles importantes:
Si vas delante debe mantener el ritmo. Es importante tener un cuentakilómetros u otro dispositivo que refleje la velocidad que llevamos en cada momento, ya que podemos estar imprimiendo una intensidad, aumentarla o bajarla sin un control. Algo que ayuda es mantener si se puede el mismo número de pedaladas por minuto de una forma mental.
Ir a rueda es una técnica simple y que a primera vista parece fácil, pero tiene su tiempo aprenderla y sobre todo de perfeccionarla. Antes de realizar un simulacro, aprende como y de qué forma debes actuar, ya que hay que tener en cuenta varios detalles importantes:
Si vas delante debe mantener el ritmo. Es importante tener un cuentakilómetros u otro dispositivo que refleje la velocidad que llevamos en cada momento, ya que podemos estar imprimiendo una intensidad, aumentarla o bajarla sin un control. Algo que ayuda es mantener si se puede el mismo número de pedaladas por minuto de una forma mental.
Debes evitar hacer movimientos
bruscos, avisa cuando lo vayas a hacer o cambiar el ritmo (por ejemplo al ponerse
de pie, al coger el bote de agua e incluso si vas a realizar una parada…), y si
señalizas los obstáculos del suelo mucho mejor, agitando la mano y señalizando con
los dedos de la mano correspondiente el bache, agujero, etc.
Si por el contrario vas detrás de un corredor o dentro de un grupo, debes colocarte en el lugar que menor fricción te provoque el viento, que no siempre es exactamente detrás del que va delante (por ejemplo, con rachas laterales de viento, la rueda del que va detrás debe ir en paralelo a la trasera del que va delante, por el costado contrario al que entra el viento), debe mantener una distancia prudencial, ya que si no corres el riesgo de hacer el "afilador" (tocar rueda con rueda) y en carretera y a gran velocidad puede provocar importantes caídas.
Piensa que aunque vayas detrás de un corredor, puedes tener a otro compañero a tu rueda. Mantén la trazada sin hacer eses, en momentos esto será difícil e imposible, todo dependerá del firme por donde ruedes y los obstáculos que te vayas encontrando.
No pierdas de ojo el cuerpo del corredor del que vas a rueda, mira si se pone de pie, como se prepara para afrontar un repecho… No te despegues ni un metro, si lo haces puedes estar perdido. Otro tema que has de vigilar será el efecto “goma”. Puede ser que vayas detrás de un corredor y que este se vaya cada dos por tres y tengas que luchar por seguir su rueda, haciéndote el efecto contrario a ir a rueda. Esto hará que tus pulsaciones suban y bajen y el desgaste sea mayor, o le sigues o le dejas, pero no te tires todo el día en un tira y afloja que lo único que va a conseguir es triturar tus piernas y a lo mejor es lo que el pretende.
Esta decisión es importante, ya que puedes estar casi al límite de tu rendición y en segundos darse la vuelta la tortilla y pasar a jugar en primeras posiciones y ahora ser tu quien controla la situación. De los dos o de los corredores si hay más de dos, dependerá un buen entendimiento para realizar una buena estrategia.
Si ya ruedas a rueda o si ruedan a la tuya, has de ser inteligente y generoso de igual manera. Si consideras que estáis en las mismas condiciones físicas, calcula el tiempo de tus relevos, del que te precede e incluso de los demás participantes. No sea egoísta ni tampoco el tonto del grupo, si todos colaboramos todos nos beneficiamos.
Caso práctico:
Vamos con un caso práctico donde simularemos una carrera o competición y donde vamos a describir como, en qué momento ir a rueda y la mejor forma de hacerlo.
Estamos en posición de salida, rodeados de 6.000 corredores (Por ejemplo en el maratón de los Monegros), nos hemos estudiado el perfil y la salida pinta a nuestro favor ya que tras pasar por el arco de salida tenemos bastantes kilómetros de llaneo. No somos corredores profesionales y por circunstancias ajenas a nosotros, nuestra forma física la podemos catalogar en la media de los participantes que se dan cita
El ritmo es frenético, todos los corredores salen disparados y se genera un cierto desconcierto. Uno no sabe si está rodando a un ritmo bueno o si está cediendo segundos nada más empezar. Como no vamos a disputar el oro con los que están en primeras posiciones, o si, es el momento de pensar. Son muchos kilómetros, y hacerlos en solitario no me aportaría nada. Rápidamente ojeo y busco que corredor o grupo de corredores se asemeja al ritmo que llevo y sobre todo que puedo mantener. Como no estoy para perder mucho tiempo, me engancho a cualquiera de ellos y sobre la marcha decidiré si este ritmo es bueno o no. Si puedo rodar y me encuentro a gusto perfecto, si el ritmo es excesivo descartaría esa compañía y me iría buscando otra.
Perfecto, ya he encontrado la compañía perfecta, recuerda que esta puede cambiar en cualquier momento, puede cambiar radicalmente su ritmo, puede disgregarse e incluso se pueden unir nuevos integrantes que hagan que voléis hacia primeras posiciones.
Supongamos que vas en compañía de dos corredores y tú eres el tercer integrante del grupo. Si sois inteligentes, no habrá que realizar ninguna acción para entenderos, ya que si todos participáis en los relevos, todos saldréis ganado. Lleváis una velocidad constante y supongamos que todos tenéis el mismo nivel, deberéis de realizar relevos para que todos os desgastéis de igual manera y ninguno “muera” en el intento.
Si vas delante y crees necesitar un relevo, solo con bajar la intensidad ha de ser suficiente para que otro compañero tome el relevo. Pero si aun así estos no se dan cuenta, realiza un gesto con la cabeza e incluso con las manos para que entren a sustituirte. Si no lo hacen y no participan, piensa que esta compañía no te merece ni te beneficia, has de soltar lastre y ver la manera de dejarles para avanzar ya que no te aportan nada y además de la rueda, te están chupando la sangre.
Otro tema seria que realmente no puedan dar ese relevo o estén pasando por un momento de bajón, hay eres tú el que debes valorar si aguantar y prestar ayuda o continuar solo y buscar nuevos aliados si los encuentras por el camino.
No os imagináis como corren los kilómetros cuando tienes buenos compañeros de ruta y os entendéis a la perfección.
Supongamos que has rodados solo durante kilómetros y kilómetros, y a lo lejos divisas un par de corredores o un único corredor, o por el contrario ruedan por detrás de ti y te sobrepasan… crees que pueden ser una buena alianza, pero antes de embarcarte en nuevas amistades has de realizar un fácil y rápido chequeo.
Si iban por delante y les has dado caza fácilmente, mal asunto, van tocados de muerte y a no ser que ocurra un milagro o una recuperación energética casi instantánea no es la compañía que necesitas. En esta ocasión casi te va a beneficiar el continuar solo, todo dependerá de tu estado físico y de los kilómetros que queden y como te plantees realizarlos. A lo largo del recorrido te iras encontrando con más corredores o grupos
Supongamos que ahora y tras continuar solo es al contrario, tienes aire en contra o simplemente no te ves con fuerza de seguir solo. Tienes a varios corredores o uno solo que van por detrás de ti, si al pasarte ves que puedes engancharte a ellos inténtalo. Puedes ir un momento a rueda, el justo y necesario para valorar si al ritmo que llevan puedes seguirles o por el contrario ver si continuas con ellos estos van a acabar contigo. Recuerda que si decides seguirles, seguramente cuando estés totalmente acoplado y tras varios kilómetros te pidan o inviten (de una forma simbólica) que pases a ayudar.
Si lo haces, perfecto, todos os beneficiareis, si no lo haces o no puedes, seguramente den varios tirones para que te sueltes, o tú mismo cederás al ver que no puedes seguir el ritmo que han impuesto.
En ambas ocasiones hay varios datos que te van dar amplia información tanto para ir con un grupo al que das caza como intentar continuar con el grupo que te ha cazado. Vigila en que plato y piñón van, esto hoy en día es más difícil ya que en los circuitos se mezclan bicicletas con ruedas de 26, 27,5 y 29 pulgadas, aun se dificulta mas ya que visten bielas con 1, 2 y 3 platos y de diferentes dentados.
Otro dato que te va a dar gran información es ver y oír la respiración que llevan. Si esta respiración es fatigosa por llevar las pulsaciones muy elevadas, no van a ser una buena compañía de viaje, al igual que si la ruta es larga o queda mucho para el próximo avituallamiento y ves que tienen los bidones vacíos, necesitaran para para reponer líquidos.
Puede ser que todo lo anterior aparentemente te parezca perfecto e incluso que te den síntomas de ir incluso mejor que tú, pero detectas un balanceo de cuerpo, cabeza y hombros producidos por el aprovechamiento necesario del peso con el que están intentando facilitar las pedaladas. Esto te indicara que la persona lleva un agotamiento severo y poco va a poder ayudarte, en este caso serás tú el que le prestes ayuda y te pedirán ir a rueda o por lo menos les interesaría hacerlo para poder intentar recuperarse.
Puedes preguntarle sobre cualquier tema, y si no contesta o lo hace tarde (más de 4-5 segundos), es un claro estado poco recomendable para presumir de alianzas.
Otro error frecuente, es tratar de hacer relevos acelerando para adelantar al primero. Eso es cansarse antes de empezar el relevo sin necesidad de ello. En muchas ocasiones hay gente que hace relevos sobrepasando al que va en primera posición...sin que este haya reducido el ritmo. Obliga a hacer un esfuerzo adicional a todo el grupo, y esto hace el no poder mantener un ritmo constante algo que hará que te desgastes y finalmente te quemes.
Por otra parte, es un error que en muchas ocasiones se agradece, es intentar dar un relevo a sabiendas de no estar en condiciones, e incluso ponerse al frente del grupo y obligar a reducir de forma considerable la velocidad que mantenían. A veces es mejor no molestar, pero si es verdad que con el gesto la mayoría del grupo verán que lo hemos intentado pero que nos es imposible por el momento tomar parte de dichas acciones.
Algo que no se debe de hacer y lo repito hasta la saciedad, es lo que veo en muchos circuitos. Esa picaresca de ir a rueda y prodigar de tu pésimo estado de forma para que otros se apiaden de ti y a la que se descuidan les estas esprintando al llegar a meta.
Si te ha llevado durante kilómetros y kilómetros, debes de ser agradecido y mostrar como mínimo un respeto por un compañero que de no ser por su ayuda estarías todavía arrastrando tu maillot a medio camino.
En muchas ocasiones no se trata de ir a rueda por el beneficio o la reducción energética, o para arañar unos minutos al crono, simplemente el ir acompañado hace que los momento difíciles sean más llevaderos y eso vale mucho más que un puñados de minuto o posiciones que has arañado en una clasificación
Espero que os haya aclarado el pequeño arte de ir a rueda, donde muchas veces el éxito no es ir a rueda sino saber con quién practicar esta técnica.
Si por el contrario vas detrás de un corredor o dentro de un grupo, debes colocarte en el lugar que menor fricción te provoque el viento, que no siempre es exactamente detrás del que va delante (por ejemplo, con rachas laterales de viento, la rueda del que va detrás debe ir en paralelo a la trasera del que va delante, por el costado contrario al que entra el viento), debe mantener una distancia prudencial, ya que si no corres el riesgo de hacer el "afilador" (tocar rueda con rueda) y en carretera y a gran velocidad puede provocar importantes caídas.
Piensa que aunque vayas detrás de un corredor, puedes tener a otro compañero a tu rueda. Mantén la trazada sin hacer eses, en momentos esto será difícil e imposible, todo dependerá del firme por donde ruedes y los obstáculos que te vayas encontrando.
No pierdas de ojo el cuerpo del corredor del que vas a rueda, mira si se pone de pie, como se prepara para afrontar un repecho… No te despegues ni un metro, si lo haces puedes estar perdido. Otro tema que has de vigilar será el efecto “goma”. Puede ser que vayas detrás de un corredor y que este se vaya cada dos por tres y tengas que luchar por seguir su rueda, haciéndote el efecto contrario a ir a rueda. Esto hará que tus pulsaciones suban y bajen y el desgaste sea mayor, o le sigues o le dejas, pero no te tires todo el día en un tira y afloja que lo único que va a conseguir es triturar tus piernas y a lo mejor es lo que el pretende.
Esta decisión es importante, ya que puedes estar casi al límite de tu rendición y en segundos darse la vuelta la tortilla y pasar a jugar en primeras posiciones y ahora ser tu quien controla la situación. De los dos o de los corredores si hay más de dos, dependerá un buen entendimiento para realizar una buena estrategia.
Si ya ruedas a rueda o si ruedan a la tuya, has de ser inteligente y generoso de igual manera. Si consideras que estáis en las mismas condiciones físicas, calcula el tiempo de tus relevos, del que te precede e incluso de los demás participantes. No sea egoísta ni tampoco el tonto del grupo, si todos colaboramos todos nos beneficiamos.
Caso práctico:
Vamos con un caso práctico donde simularemos una carrera o competición y donde vamos a describir como, en qué momento ir a rueda y la mejor forma de hacerlo.
Estamos en posición de salida, rodeados de 6.000 corredores (Por ejemplo en el maratón de los Monegros), nos hemos estudiado el perfil y la salida pinta a nuestro favor ya que tras pasar por el arco de salida tenemos bastantes kilómetros de llaneo. No somos corredores profesionales y por circunstancias ajenas a nosotros, nuestra forma física la podemos catalogar en la media de los participantes que se dan cita
El ritmo es frenético, todos los corredores salen disparados y se genera un cierto desconcierto. Uno no sabe si está rodando a un ritmo bueno o si está cediendo segundos nada más empezar. Como no vamos a disputar el oro con los que están en primeras posiciones, o si, es el momento de pensar. Son muchos kilómetros, y hacerlos en solitario no me aportaría nada. Rápidamente ojeo y busco que corredor o grupo de corredores se asemeja al ritmo que llevo y sobre todo que puedo mantener. Como no estoy para perder mucho tiempo, me engancho a cualquiera de ellos y sobre la marcha decidiré si este ritmo es bueno o no. Si puedo rodar y me encuentro a gusto perfecto, si el ritmo es excesivo descartaría esa compañía y me iría buscando otra.
Perfecto, ya he encontrado la compañía perfecta, recuerda que esta puede cambiar en cualquier momento, puede cambiar radicalmente su ritmo, puede disgregarse e incluso se pueden unir nuevos integrantes que hagan que voléis hacia primeras posiciones.
Supongamos que vas en compañía de dos corredores y tú eres el tercer integrante del grupo. Si sois inteligentes, no habrá que realizar ninguna acción para entenderos, ya que si todos participáis en los relevos, todos saldréis ganado. Lleváis una velocidad constante y supongamos que todos tenéis el mismo nivel, deberéis de realizar relevos para que todos os desgastéis de igual manera y ninguno “muera” en el intento.
Si vas delante y crees necesitar un relevo, solo con bajar la intensidad ha de ser suficiente para que otro compañero tome el relevo. Pero si aun así estos no se dan cuenta, realiza un gesto con la cabeza e incluso con las manos para que entren a sustituirte. Si no lo hacen y no participan, piensa que esta compañía no te merece ni te beneficia, has de soltar lastre y ver la manera de dejarles para avanzar ya que no te aportan nada y además de la rueda, te están chupando la sangre.
Otro tema seria que realmente no puedan dar ese relevo o estén pasando por un momento de bajón, hay eres tú el que debes valorar si aguantar y prestar ayuda o continuar solo y buscar nuevos aliados si los encuentras por el camino.
No os imagináis como corren los kilómetros cuando tienes buenos compañeros de ruta y os entendéis a la perfección.
Supongamos que has rodados solo durante kilómetros y kilómetros, y a lo lejos divisas un par de corredores o un único corredor, o por el contrario ruedan por detrás de ti y te sobrepasan… crees que pueden ser una buena alianza, pero antes de embarcarte en nuevas amistades has de realizar un fácil y rápido chequeo.
Si iban por delante y les has dado caza fácilmente, mal asunto, van tocados de muerte y a no ser que ocurra un milagro o una recuperación energética casi instantánea no es la compañía que necesitas. En esta ocasión casi te va a beneficiar el continuar solo, todo dependerá de tu estado físico y de los kilómetros que queden y como te plantees realizarlos. A lo largo del recorrido te iras encontrando con más corredores o grupos
Supongamos que ahora y tras continuar solo es al contrario, tienes aire en contra o simplemente no te ves con fuerza de seguir solo. Tienes a varios corredores o uno solo que van por detrás de ti, si al pasarte ves que puedes engancharte a ellos inténtalo. Puedes ir un momento a rueda, el justo y necesario para valorar si al ritmo que llevan puedes seguirles o por el contrario ver si continuas con ellos estos van a acabar contigo. Recuerda que si decides seguirles, seguramente cuando estés totalmente acoplado y tras varios kilómetros te pidan o inviten (de una forma simbólica) que pases a ayudar.
Si lo haces, perfecto, todos os beneficiareis, si no lo haces o no puedes, seguramente den varios tirones para que te sueltes, o tú mismo cederás al ver que no puedes seguir el ritmo que han impuesto.
En ambas ocasiones hay varios datos que te van dar amplia información tanto para ir con un grupo al que das caza como intentar continuar con el grupo que te ha cazado. Vigila en que plato y piñón van, esto hoy en día es más difícil ya que en los circuitos se mezclan bicicletas con ruedas de 26, 27,5 y 29 pulgadas, aun se dificulta mas ya que visten bielas con 1, 2 y 3 platos y de diferentes dentados.
Otro dato que te va a dar gran información es ver y oír la respiración que llevan. Si esta respiración es fatigosa por llevar las pulsaciones muy elevadas, no van a ser una buena compañía de viaje, al igual que si la ruta es larga o queda mucho para el próximo avituallamiento y ves que tienen los bidones vacíos, necesitaran para para reponer líquidos.
Puede ser que todo lo anterior aparentemente te parezca perfecto e incluso que te den síntomas de ir incluso mejor que tú, pero detectas un balanceo de cuerpo, cabeza y hombros producidos por el aprovechamiento necesario del peso con el que están intentando facilitar las pedaladas. Esto te indicara que la persona lleva un agotamiento severo y poco va a poder ayudarte, en este caso serás tú el que le prestes ayuda y te pedirán ir a rueda o por lo menos les interesaría hacerlo para poder intentar recuperarse.
Puedes preguntarle sobre cualquier tema, y si no contesta o lo hace tarde (más de 4-5 segundos), es un claro estado poco recomendable para presumir de alianzas.
Otro error frecuente, es tratar de hacer relevos acelerando para adelantar al primero. Eso es cansarse antes de empezar el relevo sin necesidad de ello. En muchas ocasiones hay gente que hace relevos sobrepasando al que va en primera posición...sin que este haya reducido el ritmo. Obliga a hacer un esfuerzo adicional a todo el grupo, y esto hace el no poder mantener un ritmo constante algo que hará que te desgastes y finalmente te quemes.
Por otra parte, es un error que en muchas ocasiones se agradece, es intentar dar un relevo a sabiendas de no estar en condiciones, e incluso ponerse al frente del grupo y obligar a reducir de forma considerable la velocidad que mantenían. A veces es mejor no molestar, pero si es verdad que con el gesto la mayoría del grupo verán que lo hemos intentado pero que nos es imposible por el momento tomar parte de dichas acciones.
Algo que no se debe de hacer y lo repito hasta la saciedad, es lo que veo en muchos circuitos. Esa picaresca de ir a rueda y prodigar de tu pésimo estado de forma para que otros se apiaden de ti y a la que se descuidan les estas esprintando al llegar a meta.
Si te ha llevado durante kilómetros y kilómetros, debes de ser agradecido y mostrar como mínimo un respeto por un compañero que de no ser por su ayuda estarías todavía arrastrando tu maillot a medio camino.
En muchas ocasiones no se trata de ir a rueda por el beneficio o la reducción energética, o para arañar unos minutos al crono, simplemente el ir acompañado hace que los momento difíciles sean más llevaderos y eso vale mucho más que un puñados de minuto o posiciones que has arañado en una clasificación
Espero que os haya aclarado el pequeño arte de ir a rueda, donde muchas veces el éxito no es ir a rueda sino saber con quién practicar esta técnica.