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26/3/13

Los secretos del cicloturismo de montaña. Capítulo 3. La bicicleta y la carga

Tercer capítulo de estos reportajes sobre el cicloturismo de montaña. En esta entrega Jaime nos facilita las claves para saber, según sus criterios, qué bicicleta es la mejor para viajar, así como las diferentes formas de llevar el equipaje, según sea nuestro viaje, duración, dificultad, etc.





Los secretos del cicloturismo de montaña. Capítulo 3. La bicicleta y la carga

Cuál es la mejor bici para hacer “CTM”

En principio la respuesta es muy simple: “la que tengamos”. Ahora bien, si tenemos varias o estamos pensando en cambiar de montura, si que podemos condicionar la elección pensando en las “grandes rutas”. Debemos considerar dos factores importantes: fiabilidad y comodidad. Pero no olvidemos que hay rutas y rutas, y ciclistas y ciclistas. En general, la mayoría de la gente descartan las dobles (doble suspensión) para el CTM, porque en ellas no se puede llevar mucho equipaje, y también porque bajando lento o por caminos buenos, tampoco se aprecian las ventajas que reportan. 

Si hemos planificado una ruta de desniveles fuertes y caminos difíciles, será un suplicio recorrerla con una rígida cargada con 30 kg de equipaje, en cambio, en una doble sin apenas carga, esa misma etapa podrá ser un día memorable de CTM. Si parece claro que las dobles han de cumplir una serie de requisitos que hacen que estas monturas sean mucho más caras que las rígidas. Para empezar, podríamos poner el límite de peso en 13 kg, mecánica fiable (gamas alta o media-alta), suspensiones bloqueables, plataforma pro-pedal, ajustes de SAG y rebote. En definitiva, a igualdad de calidad, al menos un 40% más caras las dobles si queremos la misma fiabilidad, y si es así, la comodidad está garantizada.




En cuanto a las ruedas, buscad unas llantas sólidas con unas cubiertas adecuadas al tipo de terreno predominante en la ruta. Con unas 2.0 se cubren casi todas las necesidades. Mi experiencia con las tubeless y líquido antipinchazos es excelente, de dos pinchazos diarios a 2000 km sin pinchar, así que creo obligado recomendarlo, especialmente el líquido, aunque sea con cámaras convencionales.

¿Cómo vamos a transportar el equipaje?


Lo ideal es no llevar nada encima, nada de mochilas, ¿para qué cargar nosotros, si lo puede llevar la bici? Una mochila o un camelback no solo van a contribuir a aumentar la carga de nuestras vértebras y nuestro trasero, sino que nos impedirán la transpiración en una importante región de nuestra espalda. Para un día puede ser una buena solución, pero al cabo de varias etapas empezaremos a resentirnos inevitablemente. 

Dos botellas de agua, bolsita de herramientas bajo el sillín y cuentakilómetros en el manillar son elementos casi obligatorios. Si se lleva GPS, es más recomendable fijarlo al cuadro o al lado de la potencia, así queda menos expuesto a posibles golpes o enganchones que si lo fijamos sobre el manillar.
Si se trata de una bici rígida la mejor solución pasa por las clásicas alforjas laterales, con un gran volumen de carga y manteniendo el centro de gravedad bastante bajo. A esto se puede añadir alguna caja o mochila sobre la parrilla trasera. Las alforjas delanteras no son recomendables en recorridos “montañeros”, ya que restan mucha agilidad a la conducción.

En las doble podremos decantarnos por tres alternativas:
A) Rack a la tija del sillín, en el mejor de los casos permiten transportar 10 kg, aunque no es recomendable superar los 6 o7. Existen modelos que incorporan pequeñas alforjas laterales, pero la mayoría se basan en una caja o maletín sobre la parrilla del soporte. El mayor inconveniente, además del limitado peso y volumen que soportan, es que elevan en exceso el centro de gravedad de la bici. En cualquier caso, para quien viaje muy ligero de equipaje, es la mejor solución.




B) Adaptación del portaequipajes clásico al tren trasero móvil (sujeto al eje de la rueda y a los tirantes), no válido en todos los sistemas de doble suspensión. Además de aumentar considerablemente la capacidad de carga, mantienen bajo el centro de gravedad. Sólo lo fabrica una marca y resulta caro, pero también se puede fabricar uno casero, aunque no debemos olvidar que ni los tirantes, ni las articulaciones de la suspensión, ni el eje de la rueda están diseñados para soportar esfuerzos en direcciones diferentes a la de su trabajo “normal”, por lo que tampoco debemos abusar.




C) Los remolques, aunque aparentemente muy aparatosos, apenas se notan cuando se pedalea. Las opiniones de los que los han usado son siempre muy positivas en cuanto a su funcionamiento, no tanto en lo referente a su elevado coste.




En todos los casos se puede contar con una pequeña y ligera bolsa en el manillar para llevar las cosas de uso más “urgente”: cámara de fotos, mapas, comida, gafas, pilas, cartera…, sobre ella llevaremos un portamapas que nos permita tener a la vista rutómetro y perfil.




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Los secretos del cicloturismo de montaña. Capítulo 3. La bicicleta y la carga Reviewed by Administrador on 8:02 Rating: 5 Tercer capítulo de estos reportajes sobre el cicloturismo de montaña. En esta entrega Jaime nos facilita las claves para saber, según sus ...

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