El
16 de Septiembre se celebró en la localidad madrileña de Las Rozas y con motivo
de la feria de bicicletas más importante de España, el Festibike, la Marcha FIAT MTB 4
Estaciones.
Una
marcha de 64 km
que quizás para muchos sólo sería una marcha pero para mi era mi gran prueba,
ya que desde que había empezado a hacer ciclismo de montaña y con tan sólo 3
marchas a mi espalda, esta sería la primera en la que participaría sola.
Empezó
el día a las 7:30 am con unos nervios alojados en mi estómago y que no me
dejaban pasar mis últimos minutos en la cama. No hacia más que pensar ¿por qué
me he metido en este “fregado”? Pero ya era tarde para arrepentirse, porque ya
era el día D y no soy de las chicas que se echan atrás.
Compartí
el desayuno y viaje con mis compañeros de equipo y amigos, que por su
experiencias en marchas cualquiera diría que era un día normal de sus vidas
pero sabían perfectamente que no de la mía y no paraban de intentar calmarme
con ánimos.
Una
vez allí, a media hora de la prueba pero ya con centenares de ciclistas a mi
alrededor, mil temores se me aparecían por mi cabeza, sollozos interiores y
ganas de huir. Pero sabia que eso no podía hacerlo porque no solo defraudaría a
mis compañeros sino que a mi misma también. Y comenzó la cuenta atrás…3, 2,
1….y arranca la marcha!
Más
de mil ciclistas calles abajo levantando polvo y quemando ruedas y yo con mi
gregario que me acompañaría hasta que la aglomeración se disipara un poco.
Poco
a poco la gente más “pro” iban perdiéndose en la lejanía y yo me quedaba sola y
en mi mente solo me quedaba con la frase “eres fuerte y tu puedes” así como las
frases de animo y consejos que mis amigos me habían ido dando desde que los
conozco.
Los
kilómetros iban quedándose atrás y con ellos poco a poco las fuerzas pero eso
no hacia rendirme…subidas duras…bajadas a pie por zonas complicadas… pero con
los ánimos que te daban la gente que pasaba por mi lado como: “animo campeona”
o “tu puedes valiente” que me hacían sacar ese puntito de fuerza que
necesitaba.
A
partir del kilometro 40, comenzaban los dolores de piernas, los flaqueos y
hasta escaseaban los líquidos en los avituallamientos. La gente ya estaba
desolada e incluso se paraba a descansar y aunque yo no quería…ya mis
pensamientos dejaban de ser positivos. Mi odio por la bicicleta se hacia
evidenciar y mis pocas ganas de volver a cogerla de nuevo… los kilómetros cada
vez eran mas largos y la necesidad de un nuevo avituallamiento se hacía
patente. Es increíble cuando alguien esta cansado y sediento lo que llega a
valorar un simple vaso de agua.
A
partir del kilometro 50 una llamada de aliento, mi compañero y gregario del
principio estaba esperándome unos kilómetros más abajo para acompañarme. Así
que saque fuerzas y corrí como pude hacia él, después de más de 5 horas encima
de la bicicleta necesitaba la voz de alguien conocido a mi lado.
10 kilómetros y todo habría
acabado, eso pensé cuando llegue hasta él. Así empecé a acortar la distancia a
la meta intentando apretar con mis últimas fuerzas. El kilometro 64 cada vez
estaba más cerca pero no la meta y eso hacia que me desalentara un poco, y ahí
es cuando empezaron a venirme los calambres en las piernas que me hacían
bajarme de la bici con lágrimas en los ojos pero no sin perder la esperanza de
llegar a meta.
Al
final el último kilometro de bajada… y no podía entrar en plato pequeño como
iba (debido a los calambres), así que subí plato y saqué las últimas fuerzas
que me quedaban y apreté…apreté y por fin oía la voz de mis amigos animándome y
generando en mi el ultimo aliento de fuerza hasta que por fin…ahí estaba…la tan
deseada meta.
Todo
había acabado…y lo había conseguido! Si! Que orgullosa y pletórica me sentí
cuando llegué, después de 6 horas y media!
Mº Amparo Lluch | TodoMTB.com
Mº Amparo Lluch | TodoMTB.com
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